¡Libros, letras, tintas!

¡Oh curioso y testigo de las letras de genios!,

que mantienes por la eternidad sus filosofías

así creando asaz de imperios,

que destrozas al gobernador sus ideologías

y así somos nosotros los gobernantes

de un paraíso que a nuestro tiempo, es distante
Dios dictaba, los genios escribían;
Satanás dictaba, los líderes lo imponían;
pues vean que la tinta roja derramada
en campos de batalla llamaba más la atención,
que la escrita pacientemente, bien pensada

con azul del mar, piedad y compasión.
En sus hojas yacen las bailarinas de una pluma coqueta,
con la que sus danzas al lector embelesaba
para que ya no cualquier pecado se cometa,
y no se repita lo que el mundo aguardaba.
Terror, religión, y lo que abarca la filosofía;
temas que llegan a ser la gran causa de rebeliones
de personas oprimidas por la economía,
teniendo al mando a perros y ratones.
Una vez se escribió de las historias,
la gente la repite y cargan las armas
del círculo vicioso bélico entre escorias,
que disparan por una falsa alarma.
En las hojas está la verdad de la mentira,
en los escritos una historia jamás dicha,
en las letras a un Dios en paz e ira
y a un hombre versátil, siempre en contradicha.

Mr. Dopp